domingo, 29 de octubre de 2017

MOVIMIENTOS PRECURSORES DE LA REFORMA


Juan Huss y los husitas
Monumento a Juan Huss en Praga

Juan Huss nació el año 1370. Hijo de un campesino pobre que murió tempranamente, fue criado con mucho esfuerzo por su madre.
Pese a la adversidad que le rodeaba, logró llegar a la Universidad de Praga, en la capital del país. Una vez allí, no sólo fue buen alumno, sino también un buen profesor. Pero más que eso: al poco tiempo fue elegido decano de la Facultad de Filosofía, y luego rector de la Universidad, cuando tenía sólo 31 años de edad.
Por este tiempo fue nombrado predicador de la capilla de Belén. Esta capilla había sido construida por dos laicos, con el expreso deseo de que en ella se predicase la Palabra de Dios al pueblo en lengua común. Cuando estuvo construida, ellos pensaron que nadie mejor que Huss debía predicar en ella.
Poco después llegaron a sus manos unos libros de Juan Wicliff. En un principio, los libros le desconcertaron, pero luego los apreció hasta convertirse en su admirador. Juan Wicliff reivindicaba con vehemencia la autoridad de las Sagradas Escrituras, al tiempo que denunciaba la corrupción que había en los ambientes religiosos. Cuando la luz de la verdad resplandeció en el corazón de Juan Huss, comenzó a predicar en esa misma dirección.
Juan Huss ante el concilio de Constanza
Más tarde se le prohibió predicar. Eso no bastó, sin embargo, para callarle, debido al apoyo popular, y al hecho de que la capilla Belén era de propiedad privada. Pronto otros habrían de imitarle, recorriendo los pueblos y aldeas predicando al aire libre.
Poco después fue excomulgado por negarse a ir a Roma. Esto trajo algunas reacciones muy comprensibles para la época: El rey le quitó su apoyo y le desterró de Praga. La misma ciudad, por prestarle apoyo, fue anatemizada.
En noviembre del año 1414, la iglesia de Roma convocó a un Concilio en la ciudad de Constanza, Alemania. Huss fue llamado a comparecer ante él. Contando con el aval del rey y del emperador, sus amigos le dejaron partir. Fue llamado a declarar ante el Papa, que estaba también en la ciudad. Allí, en el palacio papal se le tomó preso, al negarle toda validez al salvoconducto del emperador, aduciéndose que Huss, siendo un “hereje no tenía derechos”.
Juan Huss martirizado en la hoguera
En 1415 el Concilio lo condena a muerte y tras ser martirizado muere en la hoguera. En el cadalso le dijo al verdugo: Vas a asar un ganso (“huss significa ganso en lengua bohemia), pero dentro de un siglo te encontrarás con un cisne que no podrás ni asar ni hervir. Estas palabras fueron una profecía que se cumplió en Martín Lutero, quien apareció al cabo de unos cien años, y en cuyo escudo de armas figuraba un cisne.

martes, 24 de octubre de 2017

MOVIMIENTOS PRECURSORES DE LA REFORMA: 

JUAN WICLIFF Y LOS LOLLARDOS


Este catedrático de la Universidad de Oxford y director de uno de sus colegios, debió su notoriedad y su éxito en evitar la suerte de los mártires, a que, como en el caso de Lutero, algunos nobles se pusieron de su parte. Su afición al estudio de los Padres de la Iglesia y de las Sagradas Escrituras, le hizo merecer el título que sus contemporáneos le dieron de Doctor Evangélico.
Wicliff comenzó por atacar los abusos del clero y muy especialmente los vicios de los frailes mendicantes. También negaba el Purgatorio, la transubstanciación, la invocación a los santos y la supremacía del Papa, todo lo cual decía no haberlo hallado en las Sagradas Escrituras.
Wicliff y sus amigos de Oxford empezaron a traducir la Vulgata al inglés, desafiando la prohibición de la Iglesia.

En vez de la iglesia que hablaba por medio del papa, declaraba él que la única autoridad verdadera era la voz de Dios escrita en su Palabra; y enseñó que la Biblia es no sólo una revelación perfecta de la voluntad de Dios, sino que el Espíritu Santo es su único intérprete, y que por el estudio de sus enseñanzas cada uno debe conocer por sí mismo sus deberes.
 Wicliff fue convocado ante el arzobispo de Canterbury, pero el pueblo estaba de su parte y sus enemigos no pudieron hacer otra cosa que amonestarle a que no predicara, sentencia que el fiel predicador evangélico no guardó por largo tiempo. El número de los partidarios de Wicliff aumentaba sin cesar. Para hacer resaltar mejor el lujo y la falta de humildad de los sacerdotes católicos, los Wiclifistas iban con los pies desnudos y ropaje muy sencillo, lo que dio lugar a que los llamasen Iollardos.
Lleno de excomuniones por los católicos, pero amado por los millares que habían encontrado en su predicación el conocimiento del Evangelio, murió pacíficamente en su parroquia de Lutterworth en el año 1385. Un año después, los cristianos evangélicos conocidos con el nombre de Lollardos, se dirigieron al Parlamento de Inglaterra pidiendo la reforma de la iglesia bajo la base de los artículos siguientes: 

1.˚ Supresión del celibato de los sacerdotes. 

2.˚ De la creencia en la transubstanciación. 
3.˚ De los exorcismos. 
4.˚ De los exagerados ornamentos eclesiásticos e imágenes. 
5.˚ Del agua bendita. 
ó.˚ De las oraciones por los muertos. 
7.˚ De las romerías y peregrinaciones. 
8.˚ De las misas pagadas y otros negocios. 
9.˚ De la confesión auricular y de otras cosas menos importantes.

Tras su muerte, sus enseñanzas se expandieron con rapidez. Su Biblia, que apareció en 1388, se repartió profusamente por medio de sus discípulos. Sus obras influyeron de manera inequívoca en el reformador checo Jan Hus y en Martín Lutero.

El Concilio de Constanza declaró a Juan Wicliff culpable de herejía en 1414, se ordenó la quema de sus libros, así como la exhumación de su cuerpo y la quema de sus huesos.

domingo, 15 de octubre de 2017

MOVIMIENTOS PRECURSORES DE LA REFORMA

PEDRO WALDO Y LOS VALDENSES

Los movimientos evangélicos de la Edad Media recibieron un valioso refuerzo con la conversión de Pedro Waldo, debido a la impresión que le produjo la muerte repentina de un amigo con el cual estaba conversando. Dicho incidente hizo que este rico comerciante, dejando sus negocios, pensara sólo en la salvación de su alma.

Estatua de Pedro Valdo en el Memorial
 de Lutero en Worms, erigido en 1868
Su gran acierto fue que, en lugar de ir a profesar el voto de pobreza en un convento, resolvió deshacerse de sus bienes empleándolos él mismo para beneficio de los pobres y la extensión del Reino de Dios. Consideró que una obra muy buena a los ojos de Dios podía ser el mandar traducir y poner en manos del pueblo las Sagradas Escrituras. Hizo escribir a mano muchas copias que eran llevadas por cristianos fieles de un pueblo a otro.

El grupo empezó a ser conocido como "los pobres de Lyon", y enseguida el clero les prohibió predicar, pero Pedro compareció con uno de sus colaboradores ante el Concilio de Letrán en marzo del año 1179 donde, en lugar de examinarlos sobre las Sagradas Escrituras y las doctrinas vitales del Cristianismo, les interrogaron en lenguaje filosófico sobre el misterio de la Santísima Trinidad. Por esta causa, y al no tener preparación académica, les prohibieron predicar. 

Vueltos a Lyon resolvieron que era «menester obedecer a Dios antes que a los hombres» y se lanzaron a la obra desafiando la persecución. Formaron la Iglesia Evangélica Valdense que subsistió y se extendió por toda Europa por varios siglos antes de que apareciese la Reforma. El edicto de excomunión que se lanzó contra ellos en el año 1181 les obligó a salir de Lyon, Pedro Waldo, huyendo de la intolerancia llegó hasta Polonia, en la misma frontera de Rusia, donde murió en el año 1217, después de 57 años de servicio para el Señor.

Centenares de años antes de que se produjese el gran movimiento espiritual de la Reforma, existían ya muchos miles de cristianos que no comulgaban con los dogmas de la Iglesia Católica Romana.

Las Sagradas Escrituras eran para ellos la única regla de fe y práctica. Sostenían que las Escrituras debían ser leídas por todos los creyentes y no sólo por los que tenían el don de enseñar la doctrina. 

Enseñaban que:
La fe verdadera va siempre acompañada de buenas obras, pero no son las obras las que salvan. 
El pecador es justificado delante de Dios solamente por la fe en Cristo Jesús. 
El culto de los santos y de las imágenes es una idolatría que Dios desaprueba.
La gracia de Dios se recibe por medio de la fe, y no por virtud sacramental. 
Hay que confesar los pecados tan solamente a Dios. 
No hay sacerdotes en las iglesias cristianas del Nuevo Testamento.  Todos los creyentes son reyes y sacerdotes, espiritualmente hablando, y deben tomar parte en el gobierno de la iglesia que no reconoce autoridad clerical despótica. 

domingo, 8 de octubre de 2017

PROTESTANTES ANTERIORES A LA REFORMA



Foto de SaVonarola por Tobias Albers Heinemann en Pixabay
Savonarola por Tobias Albers Heinemann en Pixabay

SAVONAROLA

Jerónimo Savonarola, nacido en 1452, fue un monje de la orden de los dominicos en Florencia, Italia, y prior del Monasterio San Marcos. Dios lo usó de una manera maravillosa para encender los fuegos de avivamiento y llevar al pueblo al arrepentimiento.
Predicaba como uno de los profetas antiguos, contra los males sociales, eclesiásticos y políticos de su tiempo; llenaba la gran catedral hasta rebosar con multitudes ansiosas, no tan sólo de escuchar, sino de obedecer sus enseñanzas.
Les hacía ver la necesidad de la experiencia individual de conversión, de una fe viva en Dios y una vida recta delante de él. Por un tiempo fue el jefe práctico de Florencia y efectuó una manifiesta reforma. Pero fue excomulgado por el Papa; fue aprisionado, condenado, colgado, y su cuerpo quemado en la gran plaza de Florencia.
Su martirio fue en 1498, solamente diecinueve años antes que Martín Lutero clavara sus 95 tesis en la puerta de la iglesia del Castillo de Wittenberg en Alemania.


PEDRO DE BRUYS

Este intrépido misionero evangélico fue cura de una pequeña parroquia de los Alpes, pero cuando la luz del Evangelio iluminó su mente no pudo quedarse en su aldea y empezó una labor itinerante de evangelización por todo el sur de Francia.

El concilio convocado en Toulouse (Francia), en el año 1119 los condenó como herejes, pero ellos contestaron públicamente con una confesión de fe o declaración de sus doctrinas en 14 artículos, la cual les identificó con los mejores cristianos evangélicos de todos los tiempos. Creían en la suficiencia del sacrificio de Cristo para la salvación de los creyentes, negaban la eficacia de la mediación de la Virgen o los santos, la existencia del Purgatorio, Condenaban el uso del agua bendita, los ayunos según el sistema romano y la transubstanciación. Reconocían solamente dos sacramentos, el Bautismo y la Cena del Señor. Enseñaron que el matrimonio «es honroso y necesario no sólo para los cristianos en general, sino para los sacerdotes.
Todos los que recibían el Evangelio, predicado por Pedro de Bruys y sus fieles evangélicos, eran bautizados después de hacer pública profesión de su fe.

Pedro Bruys fue apresado mientras estaba predicando en San Gilles cerca de Nimes en un motín promovido por los católicos, y quemado vivo en el año 1124.