jueves, 28 de enero de 2016

El Tabernáculo como figura y símbolo de las realidades espirituales




Hebreos 8:5Reina-Valera 1960 (RVR1960)los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.

Hebreos 8:5Dios Habla Hoy (DHH)
Pero estos sacerdotes prestan su servicio por medio de cosas que no son más que copias y sombras de lo que hay en el cielo. Y sabemos que son copias porque, cuando Moisés iba a construir el santuario, Dios le dijo: «Pon atención y hazlo todo según el modelo que te mostré en el monte.

Esta cita nos enseña que el Tabernáculo es una figura o símbolo que puede enseñarnos realidades espirituales: 

1. De la misma forma que el Tabernáculo estaba en el centro del campamento de Israel, Jesús vivió en medio de nosotros. 

Juan 1:14Dios Habla Hoy (DHH)
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros. Y hemos visto su gloria, la gloria que recibió del Padre, por ser su Hijo único, abundante en amor y verdad.


2. La localización del Tabernáculo, al que se entraba desde el campamento de Judá, sugiere el hecho de que Cristo nacería en la tribu de Judá. 

3. Los materiales de los que el Tabernáculo estaba construido; es decir, madera resistente y oro puro, sugieren su perfecta humanidad por un lado y su suprema divinidad por el otro. 

4. Los colores estaban constantemente mezclados en el Tabernáculo, dominando especialmente los tonos blancos, azules, rojos y púrpura, todos los cuales apuntan a cualidades suyas: el blanco, su pureza inmaculada; el azul, su origen celestial; el rojo, sus sufrimientos y su muerte; el púrpura, su gloria real. 

5.El Tabernáculo era el lugar en que los culpables podían libremente ir al altar de la expiación. Y Jesucristo es la propiciación no sólo por nuestros pecados sino por los pecados de todo el mundo. Su sacrificio es suficiente para todos, aunque efectivo sólo para aquellos que creen.

1 Juan 2:2Dios Habla Hoy (DHH)
Jesucristo se ofreció en sacrificio para que nuestros pecados sean perdonados; y no sólo los nuestros, sino los de todo el mundo.



El Tabernáculo de Moisés completo

jueves, 21 de enero de 2016

Israel en el desierto: el Tabernáculo

Cuando Moisés sacó a Israel de Egipto, lo llevó a Sinaí, donde Dios les dio leyes, instituyó el sacerdocio, el calendario de fiestas, el sistema de sacrificios y dio instrucciones para construir un santuario móvil: el Tabernáculo de Reunión.




Consistía en una casa hecha de madera de acacia bañada en oro y dividida en dos partes mediante un velo. La primera parte era el lugar Santísimo, que contenía el Arca de la Alianza. La segunda parte era el lugar Santo, que contenía el candelero de siete brazos, el altar del incienso y la mesa de los panes de la proposición. 
Rodeando el Tabernáculo se encontraba el Atrio, un patio delimitado por cortinas de lino. En el Atrio se encontraban el altar de bronce y la fuente de bronce.

En este periodo de su historia, Israel era un pueblo nómada, vivía en tiendas de campaña. Dios eligió que su gloria habitase en medio de ellos de la misma manera, por lo que el Tabernáculo se instalaba en el centro del campamento de Israel cuando acampaban.


lunes, 11 de enero de 2016



Introducción al Bloque de la Ley


Dios llamó a Abram cuando vivía en Ur (Mesopotamia) y le dijo: "sal de tu tierra y tu parentela a un lugar que yo te mostraré". Abram salió de su tierra, pero no de su parentela: se llevó a su padre (Taré) y a su sobrino (Lot) y vivió en Harán hasta que falleció su padre.
Abram vivió como nómada en Canaán y Dios le dio 3 promesas:
1. Que su descendencia (hijos, nietos, biznietos, tataranietos, etc) sería tan abundante que no podría contarse.
2. Que entre sus descendientes estaría el Salvador del mundo.
3. Que le daría a sus descendientes la tierra en la que él vivía como forastero.
Dios cambió su nombre Abram por Abraham. Abraham tuvo dos hijos: Ismael, el mayor, e Isaac, el menor, pero Dios escogió a Isaac para confirmar su promesa a Abraham.
Isaac tuvo también dos hijos: Esaú, el mayor y Jacob, el menor. Pero Dios escogió a Jacob para confirmar sus promesas.
Dios cambió el nombre de Jacob por el de Israel. Israel tuvo doce hijos. Uno de ellos, José, era envidiado por sus hermanos pues era mimado por su padre y podía interpretar los sueños. Sus hermanos decidieron venderlo a una caravana de mercaderes que lo llevaron a Egipto como esclavo.
Gracias a sus habilidades, obtuvo el favor del rey de Egipto (faraón) que lo ascendió a primer ministro.
Con el tiempo hubo una hambruna en Canaán y la familia de Jacob emigró a Egipto, donde fueron bien acogidos por el faraón y sus sucesores, que los favorecieron mucho.
Pasados los años, una nueva dinastía enemiga de la anterior llegó a gobernar Egipto y consideraron a los israelitas enemigos. Como era una población de rápido crecimiento, adoptaron medidas de control de la natalidad: ordenaron que todos los varones hebreos que nacieran debían morir.
En ese tiempo nació Moisés, pero sus padres (Amram y Jocabed) no obedecieron la orden de faraón. Su madre preparó una canastilla para que fuese impermeable y la puso en un cañaveral a la orilla del Nilo, donde sabía que bajaría la hija de faraón a bañarse para que lo encontrase.
La hija de faraón lo adoptó y tras ser criado en casa de sus padres biológicos, pasó al palacio real, donde fue educado como un príncipe.
Cuando Moisés tenía 40 años mató un egipcio que maltrataba a un hebreo, pensando que nadie lo veía y su crimen quedaría impune. Algún tiempo después, se vio descubierto y huyó a un país extranjero (Madián), donde se casó con Séfora y trabajó para su suegro como pastor de ovejas.
Cuando Moisés tenía 80 años, apacentando las ovejas de su suegro en Sinaí, Dios le encargó que sacase a Israel de Egipto. Esta misión no fue fácil porque faraón no quiso dejarlos ir, por lo que Dios les envió 10 plagas.
Tras la muerte de los primogénitos, Israel salió de Egipto, atravesaron en seco el mar Rojo y llegaron a Sinaí, donde Dios les dio los 10 mandamientos