domingo, 8 de octubre de 2017

PROTESTANTES ANTERIORES A LA REFORMA



Foto de SaVonarola por Tobias Albers Heinemann en Pixabay
Savonarola por Tobias Albers Heinemann en Pixabay

SAVONAROLA

Jerónimo Savonarola, nacido en 1452, fue un monje de la orden de los dominicos en Florencia, Italia, y prior del Monasterio San Marcos. Dios lo usó de una manera maravillosa para encender los fuegos de avivamiento y llevar al pueblo al arrepentimiento.
Predicaba como uno de los profetas antiguos, contra los males sociales, eclesiásticos y políticos de su tiempo; llenaba la gran catedral hasta rebosar con multitudes ansiosas, no tan sólo de escuchar, sino de obedecer sus enseñanzas.
Les hacía ver la necesidad de la experiencia individual de conversión, de una fe viva en Dios y una vida recta delante de él. Por un tiempo fue el jefe práctico de Florencia y efectuó una manifiesta reforma. Pero fue excomulgado por el Papa; fue aprisionado, condenado, colgado, y su cuerpo quemado en la gran plaza de Florencia.
Su martirio fue en 1498, solamente diecinueve años antes que Martín Lutero clavara sus 95 tesis en la puerta de la iglesia del Castillo de Wittenberg en Alemania.


PEDRO DE BRUYS

Este intrépido misionero evangélico fue cura de una pequeña parroquia de los Alpes, pero cuando la luz del Evangelio iluminó su mente no pudo quedarse en su aldea y empezó una labor itinerante de evangelización por todo el sur de Francia.

El concilio convocado en Toulouse (Francia), en el año 1119 los condenó como herejes, pero ellos contestaron públicamente con una confesión de fe o declaración de sus doctrinas en 14 artículos, la cual les identificó con los mejores cristianos evangélicos de todos los tiempos. Creían en la suficiencia del sacrificio de Cristo para la salvación de los creyentes, negaban la eficacia de la mediación de la Virgen o los santos, la existencia del Purgatorio, Condenaban el uso del agua bendita, los ayunos según el sistema romano y la transubstanciación. Reconocían solamente dos sacramentos, el Bautismo y la Cena del Señor. Enseñaron que el matrimonio «es honroso y necesario no sólo para los cristianos en general, sino para los sacerdotes.
Todos los que recibían el Evangelio, predicado por Pedro de Bruys y sus fieles evangélicos, eran bautizados después de hacer pública profesión de su fe.

Pedro Bruys fue apresado mientras estaba predicando en San Gilles cerca de Nimes en un motín promovido por los católicos, y quemado vivo en el año 1124.

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